jueves

sisofromate MaL

A Kafka
Esa mañana, Samuel Guzmán abrió los ojos y descubriose convertido en un horrible ser humano. Cabellos negros, ojos pardos, traje oscuro, camisa blanca y zapatos lustrados.

No lo podía creer cuando se observó en el espejo de su habitación, de pelo corto, barba bien afeitada y "excelente presencia".

Un asco y un pavor incontrolables llenaron cada partícula de su cuerpo, las pupilas se le dilataron, le tembló la mano derecha, perdió levemente el equilibrio y sintió el vómito subir por su garganta. ¿Qué iba a hacer ahora?, ¿cómo iba a salir de su pieza?, y peor aún, ¿qué iban a decir sus amigos escarabajos?

10 pesos

-"Hace días que quiero escribir, pero no se me ocurre nada...

Miro al cielo y veo como los dragones se enrollan juguetones entre las nubes rosadas y doradas de un atardecer, pero no me inspiran nada.

Observo cómo el fin llega al mundo, el gigantesco apocalipsis en el que estamos envueltos, donde la ira, el odio, y el miedo hacen girar la Tierra, pero no me inspiran nada.

Espero que las historias de personas importantes se acerquen y me rocen ¿Dónde estás Gandhi?¿Qué ha sido de tu vida Malcom?¿Dime por qué Bush?, pero ellos no responden, y no me inspiran nada.

Colonizo lunas, desiertos, hielos y pantanos, observo desde la cima de una montaña, y no se me ocurre nada.

Me siento a esperar a que caiga esa hoja de otoño que te hace detener y reflexionar, regalándote una idea para escribir, y caen tantas, y solo caen, y luego, nada"- pensaba el hombre mientras contemplaba esa brillante moneda de 10 pesos que había pateado sin querer, una noche cualquiera en la ciudad. -"¿Por qué estás feliz, simple moneda?".