lunes

N

Cuando miré el celular sin señal éste marcaba la 18:30 y, como ya era costumbre, el viento comenzó a soplar con fuerza en el desierto. "Qué grande que son Los Andes" pensé mientras contemplaba la inmensidad de las montañas, esas que confundían la perspectiva, la profundidad y el punto de fuga de ese enorme Atacama, que se mezclaba en los hermosos tonos que iban desde el grano de café oscuro a una flor de violeta intenso, uniendo nubes, fumarolas, cielo y tierra.
Comenzó a bajar la temperatura, escuché el viento. Me sentí bien.