miércoles

La puerta


¿Una puerta? Qué difícil, si son tan diversas, y no solo eso, si son tantas como los hilos de un mantel, tantas como las familias albergan celosamente sus recuerdos, como el trabajador diario traspasa sus conocimientos, como el buscador insaciable de oportunidades golpea y golpea, como los amantes esconden esa pasión que hace vibrar los estantes.
Es como perderse entre esas viejas casas de colores que trepan por los cerros de Valparaíso, puertas que se anclan al piso, puertas que encierran a través de un marco, que huelen a madera y barniz, a dinero y a juerga, a lástima y a perdón, esas puertas que finalmente son liberación, que nos elevan más alto, que esconden nuestro pudor, que guardan nuestras penas. ¿Una puerta? ¿una sola? Qué difícil, mejor escribo sobre otra cosa.

domingo

Crónica de un viaje por cuerdas y tambores

El vitoreo era imparable, entonces, a la hora acordada, las luces se apagaron.Crecimos en voz, ensordecimos la ciudad con manos y bocas que invocaban un solo nombre en común...
Comenzaron a sonar un par de instrumentos, suficiente para sentir como se erizaba cada vello de mis brazos, como subía ese escalofrío por mi espalda hasta llegar a mi nuca, como me tiritaron las piernas e inevitablemente me dejé llevar. Fue una eternidad de luz, de alegría, de baile, de fuego, de sol nocturno, y fiesta.
Luego nos bendijo mientras tocaba la guitarra, nos encomendó a Dios... como si no supiera que gracias a sus cuerdas, me había sentido junto a él hacía más de dos horas.