martes

De vainilla (delirios de un labial)

-"Recorrer tu labios... es un regalo cada vez que me lo permites, tu boca es todo lo que conozco, todo lo que se, cuando tus bordes se separan para decir algo, para besar, entonces me besas… me impregno en cada surco, me derramo en cada grieta de esos hermosos labios, humecto lo que eres, derrito lo que dices, amo lo que respiras"- y exhaló al mismo tiempo que ella lo hacía.

Sin abrir los ojos

Con la yema de mis dedos te recorro tan lentamente; ese roce, que con su vaivén sudoroso siento como provoca una cosquilla que desciende lentamente desde el término de mi nuca hasta el fin de mi espalda; trémula te encorvas y de tu piel sale ese olor a hierba húmeda, el vapor de agua expulsado por nuestros cuerpos quema; sumido en el péndulo de tu respiración femenina... agitada. Silencio. En la oscuridad más total siento que te despegas, lenta y cansada; decirte que te quedes sería inútil, lo sé; percibo como me tapas cuidadosamente con las sábanas, que se adhieren a mí porque aún no termino de sudar; escucho como abres la ventana, pisas delicadamente el pasto del jardín, y te vas. Sin abrir los ojos, duermo.