martes

Sin abrir los ojos

Con la yema de mis dedos te recorro tan lentamente; ese roce, que con su vaivén sudoroso siento como provoca una cosquilla que desciende lentamente desde el término de mi nuca hasta el fin de mi espalda; trémula te encorvas y de tu piel sale ese olor a hierba húmeda, el vapor de agua expulsado por nuestros cuerpos quema; sumido en el péndulo de tu respiración femenina... agitada. Silencio. En la oscuridad más total siento que te despegas, lenta y cansada; decirte que te quedes sería inútil, lo sé; percibo como me tapas cuidadosamente con las sábanas, que se adhieren a mí porque aún no termino de sudar; escucho como abres la ventana, pisas delicadamente el pasto del jardín, y te vas. Sin abrir los ojos, duermo.

3 comentarios:

Viddeara dijo...

Un exquisito sueño.
Me dieron ganas de arroparme con las sábanas mientras lo leía.
Beso!

Anónimo dijo...

Sutil, pero intenso...
Sí, un delicioso sueño...de esos que cuando despiertas solo quieres arroparte y seguir durmiendo por mil años más...

Lo mejor; es que existe por ese breve tiempo en que se lee....

Anónimo dijo...

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